SO


Escuchar sin ver. En tiempos de mirar la música a través de pantallas, Amorante y Los Sara Fontán se unen en un espectáculo que sitúa, de forma militante, el sonido en el centro.

Una pieza sónica a oscuras, bañada sólo por la luz de nueve linternas operadas prolos propios músicos. Dispuestos en círculo y con el público a su alrededor, el inédito trío toca, canta, declama, baila, corre y performa de forma ininterrumpida, sin descuartizar el sonido en canciones o fragmentos.

La mirada pasiva se subordina a la escucha activa mientras Iban Urizar (Amorante), Sara Fontán y Edi Pou viajan por un infinito de estilos y texturas: trap con autotune, paisajes sonoros, folk, noise, bebop, pop de estadio, posthardcore, minimalismo, todos unidos de forma horizaontal y desjerarquizada, como lo hacen nuestros recuerdos auditivos.

La palabra SO también es polisémica: en catalán significa sonido, en vasco mirada, y en gallego nos sitúa debajo. Tres significados distintos, como los tres orígenes de los tres autores e intérpretes del espectáculo. Sara Fontán explora al límite las posibilidades sonoras y texturales del violín. Amorante remezcla y rippea la cultura popular vasca para catapultarla a un nuevo tiempo. Edi Pou (mitad de Los Sara Fontan, mitad de los ZA!) es experto en oficiar rituales inexistentes, energéticos y polirrítmicos. Los tres son amantes de la música que se vive en directo, y los tres son piezas clave del actual subsuelo experimental peninsular.


   






4132314


4132314 es un espectáculo inspirado en la sonoridad y los patrones de confección de las antiguas fábricas textiles, así como en las memorias de sus trabajadoras y sus cantos. Una creación que celebra el trabajo colectivo, la solidaridad, la sororidad y el cantar en la vida cotidiana. Las barcelonesas Tarta Relena, el dúo galaico-catalán Los Sara Fontán y las occitanas Cocanha se han unido por primera vez en formado sexteto para investigar, componer e interpretar en directo una hora de nueva creación partiendo de patrones numéricos de fabricación textil, antiguos cantos de trabajo, sonidos mecánicos y narraciones de testigos fabriles.

El proceso ha sido gestado y desarrollado en Fabra y Coats, una de las más importantes fábricas textiles de Cataluña, ahora convertida en fábrica de creación. Tarta Relena, Cocanha y Los Sara Fontan exploran también este diálogo entre sus profesiones y las vinculadas al textil, dos formas de habitar el mismo espacio en diferentes tiempos. Reinterpretar los cantos de trabajo de las mujeres del textil nace del deseo de mantener el hilo de la memoria de una cultura popular rica y poco reconocida. Traducir los patrones numéricos de fabricación textil en composiciones musicales nace del deseo de encontrar la memoria del hilo: el código interno que marca el ritmo —repetitivo y preciso— del trabajo colectivo.

La voz y el ritmo son los grandes protagonistas de una puesta en escena que parte de unidades simples pero que, sumadas, confeccionan un tejido sonoro complejo, enérgico y delicado. Una celebración del trabajo en comunidad, de la sororidad y del canto más allá de los escenarios: el canto colectivo en la vida cotidiana, para acompasar los gestos de un trabajo, para sentirse acompañada, o para evadirse de todo y de todo el mundo.


                                               
    



FEM UNA BONA PENA ABANS DE MORIR


La ópera, la música clásica, la danza, todas las artes vivas acumulan cadáveres en sus libretos. Los teatros son los mayores escenarios del crimen. Sònia Gómez y Los Sara Fontán proponen un recorrido de grandes (y pequeñas) muertes en escena, las desligan de su contexto y las yuxtaponen, igualando los clímax épicos, los finales patéticos, los decesos cómicos, las muertes universales o las pérdidas más íntimas. Al fijar la mirada en el instante preciso del tránsito, en Fem una bona pena abans de morir (Damos mucha pena antes de morir), el trío busca respuestas a varias preguntas: qué nos une al final de la vida, qué nos urge hacer antes de morir y qué quedará de nosotros, tanto dentro como fuera del escenario.




1. Obertura

En el principio fue el Caos,
el vasto abismo inconmensurable,
monstruoso como un mar negro, excesivo, salvaje.
John Milton, 1608-1674.

2. Sacrificio Ritual

Ya ves: aquí estoy sola
y nadie me comprende,
mi juicio se consume,
debo morir callando.

Carta de Tatiana a Oneguin de Alexsandr Pushkin.
Leída por Igos Stravinsky en un café de París después del estreno de
La Consagració de la Primavera el 29 de mayo de 1913.


3. Cataclismo de salón

En los abismos de la tierra,
los vientos se declaran la guerra,
Las rocas encendidas se alzan por los aires
Y llevan hasta el cielo las llamas del infierno.
Bajo las ondas pereceremos abrasados por el fuego del trueno.
Las Indas Galantes, ópera de Jean-Philippe Rameau, 1735.

4. Erótica de la muerte

¡Ah!
He besado tu boca, Jokanaán.
¡Ah!
He besado tu boca,
había un sabor amargo en tus labios.
¿Era el sabor de la sangre?
¡No!
Tal vez no era sino
el sabor del amor.
Dicen que el amor
tiene un sabor amargo.
¿Pero qué importa?,
¿qué importa?
He besado tu boca, Jokanaán.
Yo he besado tu boca.
Salomé, ópera de Richard Strauss, 1905.

5. Éxtasis de la venganza

¡A quien sea tan dichoso como nosotros,
sólo le queda callar y bailar!
Elektra, ópera de Richard Strauss, 1909.

6. Cisne

Con los brazos cruzados, de puntillas,
recorre el escenario soñadoramente y lentamente.
Con movimientos uniformes y deslizantes de las manos,
volviendo al fondo de donde salió,
parece esforzarse hacia el horizonte,
como si un momento más y volará,
explorando los confines del espacio con su alma.
La tensión se relaja gradualmente
y ella se hunde en la tierra,
los brazos se agitan débilmente como en el dolor.
Luego, vacilando con pasos irregulares hacia el borde del escenario,
los huesos de las piernas se estremecen
como las cuerdas de un arpa,
con un rápido movimiento de deslizamiento hacia adelante
del pie derecho hacia la tierra, se hunde sobre la rodilla izquierda,
la criatura aérea que lucha contra las ataduras terrenales.
y allí, paralizada por el dolor,
muere.

André Levinson, crítico de danza,
después de presenciar una de las 4000 representaciones
que hizo la bailarina Anna Pàvlova de La Muerte del Cisne.


7. Muerte de amor

En el fluctuante torrente,
en la resonancia armoniosa,
en el infinito hálito
del alma universal,
en el gran Todo...
perderse, sumergirse...
sin conciencia...
¡supremo deleite!
Tristán e Isolda, ópera de Richard Wagner, 1865.

8. Putrefacción

¡No temáis a la muerte, buena gente,
ella vendrá, pero no por ahora!
Y cuando llegue, dejadla pasar…
¡Que hasta entonces reine la alegría, adiós!
Le Grand Macabre, ópera de György Ligeti, 1978.